La aventura de soñar con Silvia Sancho

Revolucionarios, mi querida Silvia Sancho, a la que tengo el privilegio de llamar amiga, aunque en realidad es de esas amistades que son familia, saca hoy a la venta La aventura de soñar despiertos que cierra su serie #SiempreMadrid. (El verano que aprendimos a volar y La locura de saltar contigo).

Greta es una enamorada del amor, de la vida en rosa y de que le quieran, creo que por eso es mi protagonista favorita. Greta es intensa, viven con las emociones a flor de piel continuamente y dejándose el alma por quien quiere. Adora querer. Y adora intentarlo. Su pasado le ha impedido llenar su corazón de ese amor sano que complementa, pero cada caída ha sido una pluma en sus alas y ahora es más fuerte que nunca.

 

marcador-de-texto1

Sergio es un espíritu libre, salvaje e indomable. Acero y piel. Creo que por eso, al igual que Greta, yo también me enamoré de él. De su misterio, de no comprenderle en muchas ocasiones pero sabiendo que bajo esa coraza, y esa mirada enigmática, se escondía un corazón tan grande y con tantas ganas de querer, que lo hacía todo fácil.

 

copia-de-disec3b1o-sin-tc3adtulo

 

Sancho, el otro día me fui a una cafetería, de esas donde tú sabes que me gusta perderme con el cuaderno que me regalaste, y en una esquinita, escuchando Dust in the wind, me encontré a Greta, y me dijo que tenía algo que decirte:

«Hola Silvia, gracias por contar mi historia. Gracias por hacerme valiente en mundo donde los sentimientos no se tienen en cuenta y casi ni se valoran. Donde está mal visto llevarlos por bandera. 

Gracias por hacerme comprender que aun con el corazón destrozado, habiendo vivido «amores» de los que restan, se puede volver a querer. Y hay que apostar por ello. Que solo suma quien te busca, y que no todos hablamos el mismo idioma, pero todos se llegan a comprender. Por enseñarme que el amor propio es la base del ajeno.

Por los sueños, porque solo se cumplen si estás rodeado de gente que también cree en ellos como tú. Y por mi final feliz, porque mi aventura ha sido haber nacido de tu pluma. Sé que para ti soy el cierre a un sueño que aun no te crees, pero sí, ha ocurrido y tienes que vivirlo. No cierres nunca esas alas.»

Greta.

Enhorabuena mi niña, lo orgullosa que estoy de ti no me cabe esta página.

978841768315

 

Todas contamos

¿Qué tal, revolucionarios?

Hace unos días os enseñaba por redes el nuevo proyecto en el que llevaba tiempo trabajando. Hoy por fin, os cuento quienes lo abrazan y donde podéis haceros con él.

Todas contamos nació del deseo de contribuir a una sociedad más feminista. Y decidimos hacerlo con un poder que se nos ha negado durante la historia de la humanidad: creando. En total diez ilustraciones, diez relatos y diez poemas que gritan al unísono que debemos cambiar el mundo y que poco a poco, lo estamos consiguiendo.

Todas contamos lleva el brillo de Mercedes Alonso, Inma Cerezo, Elena Garquin, Kris L Jordan, Diana López, María Montesinos, Silvia Sancho, Analí Sangar, Marisa Sicilia, May Boeken, Paloma Martínez y una servidora. Pero estoy segura de que os vais a encontrar todos dentro de esas páginas.

Paloma Martínez (@lareinasincastillo) le ha dado vida a cada palabra con ilustraciones llenas de valentía y sororidad. Y también es cosa suya el diseño de la portada, y aquí entre tú y yo, ahora que nadie nos escucha, ha hecho magia.

Cada relato es elección propia de la autora, cada una ha elegido el tema en el que se sentía más cómoda, y yo le he escrito un poema, os prometo que en la soledad de mi cuaderno, estabais todas escribiéndolos conmigo.  Muchos de ellos los creé en el metro de camino al trabajo, observando a las mujeres que también iban al suyo, y preguntándome si tienen mejor o peor sueldo que sus compañeros; o mas o menos facilidades.

Todo el dinero que se recaude con la venta de Todas contamos irá destinada a la asociación MUM que trabaja con víctimas de violencia de género.

Si hacéis un clic, así con mucha revolución aquí Todas contamos , lo tendréis ya en vuestras manos.

Revolucionarios, sumaos a causas tan bonitas como estas, necesitamos hacer que esta sociedad crezca.

 

Entrevista con revolución

Hoy me han hecho una entrevista para el blog Dreams of Mon  y quería compartirla con vosotros, revolucionarios. Espero que os guste.

 

  1. ¿Cómo se te ocurrió escribir este libro?

Alma se fue tejiendo poco a poco y sin querer. Yo estaba terminando un proyecto cuando se me cruzaron algunos poemas que hoy llenan sus páginas. Acabé lo que tenía entre manos, que al final decidí que iría al fondo del cajón, y me puse con los poemas que tenía. Cuando llevaba unos pocos se me vino a la cabeza el título Alma revolucionaria, porque sentía que me estaba dejando el alma en cada verso y porque la palabra revolución siempre me ha encantado.

  1. ¿Tenías miedo a publicar este libro?

Muchísimo. Yo siempre tengo miedo cuando tomo una decisión pero no me gusta dejarle más espacio del necesario al miedo, es el impulso para vivir pero demasiado nos puede frenar. Tenía miedo porque no pensaba que Alma fuese a gustar y pudiesen comprenderla. Y por otro lado temía que todo el mundo supiese que me encanta escribir, que me pierde un folio blanco. Que se me da fatal expresar mis sentimientos a viva voz pero escribir me hace libre, es mi propio espacio donde nadie tiene cabida.

  1. ¿Cuál es el objetivo que tienes al escribir/ publicar este libro?

Me encanta esta pregunta, de hecho hace unos días publiqué en mi página, que para mi simboliza mi particular y moderna versión de Una habitación propiade Virginia Woolf, una entrada sobre ello: La importancia del por qué. Hablaba del por qué de Alma, y así a modo de resumen, os cuento que yo quería hacer un refugio, no un libro. Yo quería que mis versos fuesen casa a la que volver y manos que sujetan después de un golpe. Quería ser el aliento que nos falta en el último empujón. El halo de luz después de la tormenta. El grito de esperanza que no deberíamos perder nunca.

  1. ¿Cuál es el poema que te costó escribir más?

El número 14 sin duda alguna, de hecho fue el último que escribí. La persona a la que va dedicado lo sabía y supongo que por eso fue más difícil, porque para mí fue abrirme en canal, fue como hacerlo a viva voz y eso lo odio. Suponía mostrarme de una manera más íntima, de hacer tangible muchos sentimientos para los que no estaba preparada emocionamente.

  1. ¿Cuál es el poema que te gusta más?

El 52, porque para mí implica emociones más allá de las palabras que expreso. Es un poema muy íntimo y personal.

  1. ¿Has aprendido alguna cosa al escribir este libro?

Muchísimas. He aprendido de Alma a ser valiente y decidida. A confiar en mi trabajo y a no menospreciarlo. Alma es un antes y un después en mi vida, porque ha sido la vía de escape y los puntos de sutura que yo necesitaba.

  1. ¿Qué es lo que te ha costado más a la hora de publicar este libro?

A nivel técnico, maquetarlo. Es una auténtica pesadilla cuadrar los poemas como yo quería para que estéticamente quedase mejor, aunque tantas horas en vela merecieron la pena. Y a nivel emocional, me costó dejar que Alma volase libre, no confiaba en ella y tenía miedo de mostrarla al mundo. Después me sentí fatal y le pedí perdón también aquí Carta a Alma, porque me ha dado tantas alegrías que no puedo contarlas y nos quedó una conversación pendiente.

  1. ¿En qué te has ido inspirando para escribir los poemas?

Todo me inspira. El amor, el desamor, las ganas de mejorar el mundo, las injusticias, las ganas de seguir, las despedidas y las derrotas. Cualquier cosa, menos estar contenta. Soy incapaz de escribir algo decente cuando estoy contenta. Espero poder conseguirlo algún día.

  1. ¿Qué persona famosa (o no) te encantaría que leyese el libro?

Me encantaría que leyese mi libro algunas escritoras que admiro como Loreto Sesma, Leticia Dolera o Diana Varela. Incluso la vecina rubia, porque ella ha inventado su propia manera de revolucionar el mundo, y eso si que es valiente.

También me encantaría que lo leyesen todas las personas que me han hecho daño, porque una amiga me enseñó que de cada cicatriz nace una pluma para tejer mis alas, y que a pesar del daño se puede volar muy alto.

  1. ¿En qué momento del día sueles escribir?

No tengo ninguna rutina, me es imposible. Escribo como vía de escape cuando estoy mal, cuando algo me duele o me hace sentir vulnerable. Da igual la hora que sea, incluso puede ser de madrugada en algún desvelo.

11. ¿Qué franja de edad crees que es ideal para leer el libro?

Para mi la edad es un número que no mide lo que vivimos. Creo que deberíamos medir la vida en cervezas al sol, en bailes, en besos, en risas y en cicatrices. La madurez depende de cada persona. Hay gente muy joven que entendería Alma a la perfección; y gente muy mayor que sería incapaz.

  1. ¿Qué proyectos tienes para el futuro?

Tengo varios entre manos, pero estoy centrada en acabar el segundo libro, estoy con toda mi fortaleza puesta es que acabe siendo más que eso. Me gustaría hacer de este un arma, prontito podré contaros algún detalle más.

  1. ¿Te ha costado mucho escribir el libro?

No, escribir me sale solo. Es una necesidad para mí, es algo que tampoco puedo controlar, sencillamente selecciono algunos poemas y les doy un título y una estructura. Pero otros muchos se quedan el cajón, por ser demasiado íntimos o porque no encajan con lo que me pide el manuscrito.

  1. ¿Cambiarías algo?

No, Alma me dio mucha guerra. Sí, yo hablaba con Alma (no estoy loca, lo prometo), ella tenía sus propios valores, sus propias creencias, quería dar su opinión y hacer las cosas a su modo y terminé cediendo porque era como tenía que ser: a su antojo, a su revolución.

  1. Si tuvieses que escribir este libro en otro idioma, ¿con cuál sería?

Ojalá ver Alma en inglés, pero de sueños se vive.

  1. Define tu novela en tres palabras.

Vida, esperanza y valentía.

  1. Por último, no es una pregunta, más bien será un reto. Así que sí, te reto. ¿Podrás conseguirlo? Y el RETO consiste en hacer un poema con lo que piensas del trabajo que hacemos las boostagram/ bloggers.

¿Un reto? Soy adicta a los retos, vamos allá:

La vida escondida entre páginas.
Una historia con la que soñar,
un verso con el que brillar.

Ellas, condensando las emociones
los besos
las risas
en unos renglones.

Ellas, compartiendo casi en un suspiro
la vida que han vivido,
dejando en nuestras manos
la invitación,
a formar parte de una historia,
o de empezar nuestra propia revolución.

Veo humanos, pero no humanidad

Ayer entré en twitter, más por aburrimiento y por esa dependencia horrible que tenemos con los móviles, y entonces descubrí este artículo:  Carta a Pedro Sánchez.

Casualmente, empecé a leer el libro de James Rhodes, Instrumental hace unos días. Indiscutiblemente estoy de acuerdo con él en que en este país la justicia es una mierda, no necesitamos legislación sino que se cumpla la que hay, pero no ha sido ese el motivo que de nuevo me ha trasladado a mi Habitación propia, sino una frase muy concreta que dice James en el artículo:

«Esto no tiene que ver con la política, sino con la humanidad.»

Cuando la leí se me cayó el alma (revolucionaria) a los pies. En las últimas décadas nos hemos vuelto demasiado fríos, independientes, egocéntricos y egoístas. Nos hemos dedicado a avanzar en la tecnología, y sin embargo, en otros muchos aspectos nos hemos ido quedando atrás. Porque en el algún momento de la evolución humana se nos acabó olvidando justo eso:

ser humanos.

Somos clasistas hasta para defender una injusticia. Y parece que nos duele menos cuando las víctimas no comparten religión ni color de piel con nosotros. Hemos dejado de ponernos en el lugar de los demás, de calzarnos ese zapato ajeno para sentir su sufrimiento. Y sobre todo, se nos ha olvidado tender esa mano amiga a quien la necesitaba. Ahora nos limitamos a mirar nuestro ombligo creyéndonos que es el centro de todo. A retransmitir nuestra vida a través de las redes sociales, y a medir nuestro ego por el número de seguidores que marcan estas.

Nos hemos olvidado de las víctimas. De los vulnerables. Nos hemos olvidado de que gente muy cercana a nosotros ha formado parte de ese número de víctimas. Se nos ha olvidado que nos quejamos de una sociedad que mira a otro lado ante una injusticia, y que nosotros somos esa sociedad. Nos hemos olvidado de la dignidad de las personas. Nos hemos olvidado de todo, porque solo nos acordamos de nosotros mismos.

Y yo creo, que va siendo hora de que recuperemos la empatía, y por encima de todo, la humanidad.

 

IMG_4518

La importancia del por qué

No sé de qué manera, como muchas veces pasa en una conversación, me preguntaron por Alma. Me preguntaron concretamente «por qué». Soy fan, puede que enfermiza, de los porqués. Yo creo que son infinitamente más importantes que el cómo, cuándo y dónde. Porque sin el por qué, sin la razón de ser, todo lo demás deja de tener sentido. No importa cuando vayas a hacer algo, o dónde, si no estás seguro de por qué tienes, o quieres, hacerlo.

Entonces, mentalmente, me trasladé a mi particular «habitación propia», como la de Virginia Woolf, y me entró la necesidad de llevar al papel por qué escribí Alma. Por qué tuvo que nacer. Así que, revolucionarios, aquí va:

Escribí Alma por la misma razón que me hice trabajadora social: por necesidad. Por vocación. Por hacer del mundo un sitio mejor. Quería que sus versos fuesen manos que sostienen. Manos que hacen los golpes de la vida más flojitos, más suaves si no los sufres solo. Manos que protegen, nunca al cuello. Manos que limpian lágrimas de una herida  que sin quererlo, persiste, pero que alivia el peso. Quería empoderar a la persona que, valiente, se aventurase a navegar entre estas páginas. Quería que fuese ese impulso que nos falta a veces para atrevernos a luchar por aquello que de verdad nos llena.Quería molestar con cada letra de cada verso, y llevar a  la reflexión de nuestras capacidades. Y todo lo que podemos hacer con ellas y que, por desgracia, ignoramos.
Un bálsamo para todas aquellas preocupaciones que nos roban horas de sueño.
Casa a la que volver, donde te abre la puerta quien te quiere.
Zona de confort cuando lo que planeamos no sale.

Quería que tuviese alma, llena de fortaleza y amor; y movida por la revolución.

No quería construir un libro, es decir, no quería que fuese solo eso. Yo quería que se convirtiese en lo que para mí significa un folio en blanco: un salvavidas. Un arma con el que atreverte a luchar cualquier batalla, sin importar el enemigo y sus puntos fuertes.

Un refugio. 

Un llanto. 

Un puñado de sueños, con alas enormes, entusiasmados por emprender el vuelo. 

Alma para mí tiene personalidad propia. No es una extensión de mí. Y por eso celebro siempre su revolución, porque ella, sola, siempre sola y sin el lastre de sentirse insuficiente. Sola y sabiendo cuánto vale. Contagia sus propios valores.

Y yo aquí, viéndole crecer, feliz y orgullosa.

No estoy cansada, estoy guerreando

En un abrir y cerrar de ojos, ha llegado el último día.
El último repaso.
El último test.
El último esquema de ese tema que sé con certeza que no me estudié todo lo bien que debería.

Ha habido días malísimos en el camino. Días de querer llorar muchísimo y muy fuerte. Y  lo he hecho, es de valientes. Días de replantearme la opción escogida, de querer cambiarme al lado fácil, de soñar con el resultado de una decisión que no tomé. Hay dos cosas que odio demasiado en esta vida, la inestabilidad y la falta de certezas. Supongo que por eso opositar es tan difícil. Son muchísimas horas empleadas sin saber si el resultado que obtendrás será el que tu quieres, o al menos, merecido.

Y aunque, durante todo el trayecto fantaseé mucho con abandonar, y coqueteé con el derrotismo, aquí sigo, andando el camino. Dudo mucho que obtenga el resultado esperado, pero si salgo de allí sintiendo que lo he dado todo de mí, y me he esforzado al máximo, os lo prometo, yo habré ganado.

Así que, este post es para ti, que estás estudiando, y estás jodidamente cansado y quieres mandarlo todo a la mierda. O para ti, que sueñas con cambiar de trabajo, uno que te haga sentir que vales la pena. Incluso para todos los que no sabéis qué hacer pero os morís de ganas de revolucionar el mundo. No tengáis miedo cuando el desánimo llame a vuestra puerta y sin que lo invitéis decida quedarse a tomar algo. No importa. El mundo necesita personas dispuestas a correr detrás de aquello que anhelan. Personas son sueños, y ganas de perseguirlos. Con ilusión. Que corran riesgos, que se agoten de intentarlo, y con una sonrisa, vuelvan a intentarlo.

Por favor, cuando el desánimo llame a vuestra puerta, decidle que también es necesario un descanso, y que vais a tomaros esa copa con él, porque es de muy mala educación dejar que alguien beba solo 😉

 

Carta a Alma

Alma, no sabía cuando iba a llegar este día, pero la verdad es que lo teníamos pendiente desde que saliste a revolucionar el mundo. Y hoy, supongo que fruto del cansancio y de la apatía que arrastro desde hace tantos meses que ya no sabría ni contarlos, es cuando he pensado en ti. Así que, ahora que no nos oye nadie, ahora que yo te he dado por fin el sitio que te mereces, tengo que hacértelo saber.

Perdóname, Alma. Perdóname porque a pesar de hacerte con toda la ilusión que puede sostenerse en unas manos tan pequeñas como las mías, yo nunca creí en ti. Nunca creí que fueses capaz de romper barreras, de remover conciencias, de sacar a la luz sentimientos. De empoderar a muchas mujeres. De hacer que todos los que te han leído, al cerrar tus páginas creyesen en ellos mismos.  Y sobre todo, de poner en duda todos los prejuicios. Nunca creí que serías capaz de lograr cada una de esas cosas, yo, que te moldeé solo para conseguir eso.

Lo siento. Siento cada palabra de enhorabuena y me emociono cuando se emocionan contigo. Nunca me gustó tanto llorar a cara descubierta. Has alzado el vuelo tu sola, y estoy segura que tu tía se siente muy orgullosa por ello.

Gracias. Gracias por hacerme valiente, Alma. Gracias por sacar todo lo que siempre quise decirle al mundo. Gracias por hacer que quedase precioso, por hacerte tú solita el camino que yo era incapaz de vislumbrar. Aún no había visto la claridad que arrojas a cada suspiro de la vida. Gracias por tu rebeldía, por llevarme siempre la contraria, por salirte del redil e indicarme tus propios valores. Fueron muchos meses juntas y aún no se me ha contagiado tu fortaleza, pero te prometo que estoy aprendiendo, y ha sido gracias a ti.

Eres lo mejor que he hecho por mí, Alma.

Gracias por la revolución, seguimos.